jueves, 17 de julio de 2014

Ganar competitividad a través del diseño


Para entender el diseño gráfico primero debemos entender como pensamos las personas. La percepción varía según cada individuo por eso es fundamental para el diseñador anticiparse para conseguir el efecto deseado.
Según un estudio llevado a cabo por científicos del Massachusetts Institute of Technology (MIT), el cerebro humano es capaz de procesar imágenes completas en tan solo 13 milésimas de segundo. Esto nos evidencia una vez más que somos seres visuales capaces de percibir antes una imagen que una palabra.
Esta idea nos sirve para hablar de la importancia que hoy en día tiene el diseño, el branding y la imagen corporativa en cualquier empresa, organización o proyecto. Éstos son algunos de los conceptos clave que distinguen un trabajo convencional de uno profesional.
Antes de nada debemos partir de la premisa de que el diseño no es equivalente al arte. No debemos caer en este error de concepto puesto que la función del diseño es comunicar ideas a través del buen uso de imágenes, ilustraciones, textos y tipografía en la mayoría de sus casos por un fin comercial. En el arte, sin embargo, prima antes la función estética y simbólica que la funcional.
Esto no implica que el mundo del arte no pueda entrar en el ámbito del diseño y viceversa. De hecho puede que mucha gente considere toda una obra de arte el portfolio de Alex Trochut pero no debemos olvidar que detrás de cada pieza hay un fin comercial. 
Pero volvamos al tema que nos concierne. Conocer como el cerebro organiza los estímulos y hace conjuntos y conexiones espontáneas permite cosas tan increíbles como leer el siguiente texto:
Sgeun un etsduio de una uivenrsdiad ignlsea, no ipmotra el odren en el que las
ltears están ersciats, la uicna csoa ipormtnate es que la pmrirea y la utlima ltera esten ecsritas en la psiocion cocrrtea. El rsteo peuden estar ttaolmntee mal y aun pordas lerelo sin pbroleams. Esto es pquore no lemeos cada ltera por si msima pero la paalbra es un tdoo.
Todos tenemos claro que en la cocina la presentación importa o sino ¿cuántos de vosotros elegiríais la primera magdalena? Seguro que antes apostáis por el muffin (anglicismos a parte) aunque solo sea por curiosidad. 

Estos pequeños detalles a veces imperceptibles y otras veces mucho más que notables permiten a las marcas interactuar con los consumidores al provocar sus estímulos hacia la compra.
Seguir siempre una misma estética, mantener una coherencia visual, guiarse por un manual de estilo y apostar por una imagen corporativa ayudan a ganar competitividad a una empresa.
Así que ya sabéis si después de leer este post habéis detectado que no trabajáis suficientemente en la imagen de vuestra empresa, organización o proyecto debéis recurrir al famoso cliché “renovarse o morir”.